Hace unas semanas por alguna razón me encontré con el editor de texto Vim y movido por la curiosidad lo instalé en mi máquina con WinXP y me puse a jugar con él. Como es sabido, es un editor modal con una curva de aprendizaje algo lenta, sin embargo los resultados valen la pena. La primer pantalla que nos aparece es intimidatoria e inconcientemente nos invita a cerrarlo (ups, ¿cómo se cierra? escriban :q!) y abrir algún otro editor que nos sea más familiar. Pero si logramos superar esta primera impresión y le damos una oportunidad, les aseguro que después de utilizar por un corto tiempo este editor las cosas ya no van a ser igual, e inclusive lo van a extrañar en aplicaciones como Word (o Writer del OpenOffice, yo lo extraño y ojalá existieran plug-ins para todas esas otras aplicaciones,) o al escribir mails en gmail. Es un editor compacto, ligero, poderoso y no tiene nada que envidiarle a ninguno de los editores más populares, ya que cuenta con ventanas, pestañas y hasta se puede comp